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¡Hola!
Esta semana la inteligencia artificial no se trata de modelos… sino de poder.
Tesla fabrica sus propios chips.
Apple entrega el cerebro de Siri a Google.
Y Amazon intenta detener a las IAs que compran solas.
Tres movimientos que confirman algo claro: la nueva economía de la IA no se basa solo en algoritmos, sino en quién controla la infraestructura y la interacción.
Este movimiento no es solo técnico, es estratégico.
Tesla está creando una IA autosuficiente: diseña el chip, entrena el modelo y produce el producto final.
Así se construye la nueva ventaja competitiva: propiedad total del ecosistema. La próxima revolución no será de software, será de arquitectura.
En términos simples: Siri dejará de escuchar palabras… para empezar a entenderte. Con esta alianza, Apple no solo mejora su asistente: redefine cómo hablamos con la tecnología. Y para quienes crean productos o servicios, esto abre la puerta a flows de voz inteligentes y personalizados, sin código ni complejidad.
Estamos viendo nacer un nuevo canal comercial.
Los agentes de IA pronto elegirán precios, marcas y tiendas sin que tú intervengas. Para los negocios, esto implica optimizar datos para IA (catálogos claros, APIs y políticas transparentes). Para los usuarios, significa aprender a entender y controlar cómo toman decisiones tus asistentes.
El futuro del comercio no será quién te convence, sino quién te entiende.