Porque esto toca directamente la confianza que tienes hoy cuando hablas con una IA. Hasta ahora, cuando le preguntas algo a ChatGPT, tu cerebro asume que la respuesta es neutral, que no hay un incentivo económico detrás de lo que te sugiere. El día que aparezcan anuncios integrados en la conversación, esa confianza ya no puede ser tan automática: vas a tener que leer con otros lentes

Porque aquí se ve la versión de la IA que casi nunca llega a los titulares virales: la que salva vidas. No estamos hablando de un filtro bonito o un texto bien escrito, sino de la posibilidad real de que una ciudad sepa con más anticipación qué tan fuerte viene un huracán y hacia dónde se va a mover. Eso significa más tiempo para evacuar, reorganizar hospitales, proteger infraestructura y, en muchos casos, decidir si te quedas o te vas.

Hoy usas modelos de estas empresas para trabajar, estudiar, tomar decisiones, crear contenido o automatizar procesos. Tus datos, tus conversaciones y, poco a poco, tus decisiones se van entrelazando con sistemas que casi nadie entiende del todo fuera de los equipos que los construyen.